Las casas donde vivimos y los edificios que frecuentamos podrían estar enfermándonos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), pasamos el 90 % de nuestra vida en interiores, donde la calidad del aire es de 2 a 5 veces más contaminada que en el exterior.

Y es que, al contrario de lo que puedas pensar, la belleza y la funcionalidad -lo que vemos- no son sinónimo de salud y bienestar. “Hay que trabajar en lo que no vemos”, defiende Marta Ribas, diseñadora y consultora de salud en espacios interiores. El especialista en diseño holístico considera que nuestros edificios y viviendas no están diseñados para que pasemos tantas horas dentro de ellos y mucho menos para protegernos y cuidarnos. “Están tan alejados de nuestras necesidades naturales que ni siquiera vemos las relaciones directas que existen entre muchas de nuestras enfermedades y los espacios que habitamos”, explica en una entrevista con idealista/noticias.

Tras estudiar en la Escola Superior de Diseño e Ingeniería Elisava de Barcelona, ​​Marta Ribas comenzó a trabajar en interiorismo y escaparatismo, diseñando espacios / instalaciones experienciales en el mundo de la moda y la perfumería para grandes marcas – Levi Strauss, Diesel, Prada, Valentino, Carolina Herrera y Comme des Garçons, son solo algunos ejemplos. Al mismo tiempo, combinó su trabajo con diferentes estudios y ciencias del hábitat.

Los más de 20 que dedicó a los espacios comerciales, “tan ligados al comportamiento humano y su impacto sensorial”, fueron para ella un “laboratorio de exploración y aprendizaje”, pero también el punto de partida de lo que sería ‘La Casa Madre‘, un proyecto que pretende impulsar una revolución saludable en el bienestar del hogar. Ha creado un método propio de diagnóstico de espacios que permite crear entornos de vida y trabajo saludables, basado en la unión de diferentes disciplinas del mundo del diseño, la construcción, la salud integral y el comportamiento humano.

Foto de Marta Ribas

En esta entrevista escrita para idealista/news, la especialista española, que también trabaja en el mercado portugués, profundiza en el concepto de diseño holístico y su importancia en la construcción de viviendas y edificios saludables; explica qué son los espacios multisensoriales y cómo se relacionan con nuestro bienestar y salud; y por qué necesitamos, cada vez más, “crear entornos que nos curen”.


“Busco incansablemente crear nuevas formas de diseño que no solo sean funcionales y estéticamente atractivas, sino que consideren la relación del ser humano con la naturaleza y el entorno construido para promover la salud, el confort y el bienestar humano desde un lugar más auténtico”

¿Quién es Marta?

Nací en Barcelona, una ciudad cosmopolita y creativa, frente al mar mediterráneo. Dos aspectos que han marcado mi forma de crear y estar en este mundo. Me veo a mí misma como un ser creativo con una percepción especial para los espacios. 

Durante los últimos años he creado mi propia forma de diagnosticar espacios para que las personas puedan desarrollar su vida de forma más plena.


“Las casas y los edificios tienen un impacto más importante del que creemos en nuestro bienestar. Una nueva forma de diseñar y construir los espacios es necesaria para nuestra salud y la del planeta”

Cuál es tu trayectoria profesional, qué es lo que más te apasiona del trabajo que realizas.

Empecé ya en mi adolescencia a formarme en el arte, las manualidades y la ingeniería y conseguí convencer a mis padres para que me matriculasen con tan solo 14 años en la Escuela de Diseño Elisava en Barcelona. 

A los 20 años ya estaba trabajando en mi primera multinacional, Levi Strauss, y con ella empezaron mis años de exploración y aprendizaje en el mundo del Retail. Me fascinaba poder crear espacios multisensoriales con un objetivo que gracias a los recursos con los que cuentan las grandes marcas podíamos medir. Después vino Diesel, Prada, Valentino, Carolina Herrera y Comme des Garçons, entre otros. Y grandes centros comerciales como La Rinascente, Selfridges o Lafayette. 

Esos veinte años dedicados a los espacios comerciales tan vinculados al comportamiento humano y a su impacto sensorial fueron para mí todo un laboratorio de exploración y aprendizaje. 


“Con los años se fue despertando en mí una mayor conciencia de la dimensión de salud y bienestar conectado al espacio y quise crear mi propia metodología para llevar toda mi experiencia a proyectos, y entornos más vinculados con el bienestar humano”

Tras observar cómo reaccionaba el ser humano frente a diferentes estímulos sensoriales, se forjó en mí un alma exploradora que empezó a querer ir más allá para dialogar con un mundo más sutil e invisible, pero fundamental para nuestra salud y desarrollo vital, que sentía desde pequeña y no comprendí hasta pasados unos años. Así que empecé a compaginar mi trabajo con diferentes estudios y ciencias del hábitat.

¿Cómo surge la idea de crear La Casa Madre? ¿Qué servicios ofreces? 

La Casa Madre nació de la necesidad de compartir mis capacidades innatas y conocimientos con las personas que buscan algo más en los espacios. Y que más allá de habitar en un espacio funcional y bonito, desean vivir en armonía con la vida. 

Me centro en la salud, el confort y el bienestar de las personas que habitan los espacios que les ayudo a crear y donde cada vez pasamos más parte de nuestra vida. 

Quiero hacer proyectos con impacto social que ayuden a cambiar hábitos y creencias porque estoy convencida de que la educación es la única forma de generar cambios integrales, reales y sostenibles.

En la actualidad ofrezco servicios de consultoría y formación tanto a empresas como a particulares. Y participo en proyectos pioneros a gran escala que integran los protocolos de salud en los entornos que ya conocíamos con los últimos avances en neurociencia y la tecnología con IA. 

Decidiste dar un giro al diseño de interiores y dedicarte al diseño holístico. ¿Puedes explicar mejor? ¿Qué es el interiorismo holístico? 

Existe una gran diferencia entre el diseño de interiores y el diseño holístico. 

El diseño holístico crea una integración armoniosa entre todos los elementos que forman parte de cada espacio: desde la estructura física hasta los aspectos más emocionales, sociales, ambientales y espirituales del espacio construido.


“Los espacios son sistemas complejos interconectados a todos los niveles en los que la suma de todas las partes es más importante que las partes por separado. La esencia de mi trabajo consiste en ayudar a que esta realidad sea más comprensible y, por lo tanto, posible”

Busco incansablemente crear nuevas formas de diseño que no solo sean funcionales y estéticamente atractivas, sino que consideren la relación del ser humano con el medio ambiente y el entorno construido para promover la salud, el confort y el bienestar humano desde un lugar más verdadero. 

Foto de Marta Ribas

¿A qué tipo de proyectos te dedicas? ¿Puedes dar ejemplos?

Muchos de mis proyectos por su naturaleza son de carácter confidencial, pero lo que sí puedo decirte es que en mi mesa de trabajo conviven aventuras muy diferentes entre sí y eso es algo que me encanta. 

Siguen estando presentes proyectos apasionantes vinculados con el Retail junto con otros pioneros dentro del mundo del Wellness en Europa y América. 

Una de las cosas que más disfruto es mi colaboración habitual con profesionales del diseño, la arquitectura y la construcción para crear una nueva forma de leer y comprender el impacto del entorno en los seres humanos. Estoy muy orgullosa de estar colaborando con los mejores equipos profesionales de medición ambiental y diseño multisensorial en todo el mundo. 

Todo ello sin abandonar mi compromiso con la sensibilización y formación a través de formaciones para empresas o mi curso online “Casas con propósito” dirigido tanto a profesionales como a particulares. 

Dices que tu gran pasión es integrar el entorno, la persona y su hábitat, desde lo sutil hasta lo material. ¿Cómo lo haces?

Creando casas que cuidan.

De ahí el nombre de La Casa Madre, mi centro está en las personas que habitan los espacios y mi foco esencial en el soporte, el cuidado y la nutrición que nos aportan los entornos tanto de manera activa como de forma pasiva. Espacios que tejen una red invisible de cuidados.

Para conseguirlo he creado una metodología única y disruptiva que hace posible crear entornos de vida y trabajo saludables con la unión de diferentes disciplinas del mundo del diseño, la construcción, la salud holística y el comportamiento humano


“Mi especialidad son los proyectos que necesitan armonizar todas las fuerzas que confluyen en un espacio. Y para ello una de las claves de mi metodología está en el diagnóstico de las diferentes capas de la realidad, desde las materiales hasta las sutiles, ya sean naturales o artificiales. Hablo de condicionantes físicos, químicos, biológicos, y hasta los cognitivos y emocionales”

En mi web lo explico de forma gráfica como si fueran diferentes radiografías de la realidad. Todas esas fuerzas conviven al unísono, pero para estudiarlas necesitamos primero medirlas por separado. Y modular después los resultados de todos esos factores que tienen un impacto real en nuestra naturaleza y en la relación que podemos establecer con el espacio. 

¿Cómo se puede unir lo estético y visual con el sentir? 

Haciendo el proceso a la inversa. 

Es un concepto de interiorismo avanzado en el que antes de empezar a trabajar con lo que vemos (la funcionalidad y belleza del espacio) analizamos y tenemos en consideración lo que no se ve. 

La naturaleza del terreno, la orientación, los campos electromagnéticos, la radiación natural, la calidad del aire o el ruido, por ejemplo, son elementos fundamentales en mi trabajo mucho antes de valorar la estética o la distribución. De hecho, en este proceso inverso el resultado es que todas las partes visibles quedan maravillosamente condicionadas por toda esa información invisible. 

Es diseñar al revés de lo que estamos acostumbrados. Y, sin embargo, es la manera de poder hacer las cosas al derecho. 

Foto de Marta Ribas

¿Qué necesitamos cambiar en nuestras casas y espacios en general para mejorar nuestra salud y desarrollo vital? 

Lo primero de todo es tomar más conciencia de cómo funciona el cuerpo humano y de todo el potencial escondido en los espacios saludables.

Actualmente, nuestros edificios y hogares no están pensados para pasar tantas horas dentro, y mucho menos, para salvaguardar nuestra salud. Y están tan alejados de nuestras necesidades naturales que hasta hemos dejado de ver las relaciones directas que existen entre muchas de nuestras dolencias y los espacios que habitamos. 

Para poder mejorar es necesario tener información y por eso el diagnóstico es el primer paso para poder hacer cambios. Te sorprendería descubrir cuántas cosas puedes llegar a mejorar de un espacio sin tener que cambiarlo por otro o sin hacer grandes inversiones. 

Pero para eso el análisis de cada caso es siempre lo más relevante. Diagnóstico, diagnóstico, diagnóstico. Y después todo lo demás. 

¿Hemos descuidado el bienestar en casa? ¿Por qué? 

Por razones económicas y por otros intereses que están muy alejados de todo lo que supone respetar nuestra propia naturaleza y el equilibrio con el mundo en el que vivimos.


“Sostenibilidad, salud y espacios tienen que ir de la mano o seguiremos enfermando dentro de nuestras casas”

Ya en 1982 la OMS reportó el Síndrome del Edificio Enfermo (SEE) para definir “el conjunto de molestias ocasionadas por la mala ventilación, la descompensación térmica, las cargas electromagnéticas, las partículas y vapores de origen químico en suspensión que circulan por el edificio en el que vivimos o trabajamos”.

El principal objetivo de una casa es darnos refugio y crear un entorno de confort y bienestar para desarrollar nuestras labores diarias. Pero podemos aspirar también a que haciendo todo eso pueda estar en armonía con el entorno que le rodea, llevando nuestra forma de habitar este mundo al siguiente nivel. 

Una vez más, la OMS lo ha dejado bien claro con su última estrategia One Health que promueve una visión global, integral y multidisciplinar en la que se conectan la salud humana, la del entorno y la del mundo animal como un único sistema. Diseñar por una salud integrada tendría que ser responsabilidad de todos.

No habrá un cambio global hasta que no reconozcamos que estamos estrechamente relacionados con la salud de los animales, la vegetación y nuestro entorno compartido.

Foto de Marta Ribas

¿Qué podemos hacer en primer lugar para mejorarlo? ¿Qué hábitos saludables debemos adoptar?

Os recomiendo que os descarguéis la guía “9 hábitos saludables” que tengo en mi web para descubrir muchas cosas sencillas que pueden ayudaros a dar ya los primeros pasos para transformar vuestro entorno en un espacio más saludable desde hoy mismo. 

Algo tan sencillo como utilizar materiales naturales sin tóxicos, o apagar el wifi por la noche son algunos de ellos. 

¿Qué podemos hacer en primer lugar para mejorarlo? ¿Qué hábitos saludables debemos adoptar?

Una casa con propósito es una casa con intención. 

Y en mi caso, esa intención pasa por dotar de valor humano a los espacios y ayudar a diseñar y crear entornos que nos sanen. 

Mi gran misión es diseñar y construir para sanarnos.

Marta Ribas, 

Diseñadora y Consultora de Salud en Espacios Interiores

Quiero sanar mi espacio >

Puedes leer la entrevista original desde aquí.

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