Los seres humanos siempre hemos considerado los sentidos una puerta de acceso al mundo exterior, a través de los cuales explorábamos nuestro entorno y obteníamos información sobre él, básica para poder velar por nuestra supervivencia. Aristóteles clasificó esos radares naturales del organismo en cinco: vista, oído, gusto, tacto y olfato. Y a esos, hemos ido añadiendo otros, como el sentido del equilibrio, la temperatura, el movimiento, la intuición…son infinitos, y muchos más que aun no conocemos.
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No obstante, nuestros sentidos, como ya sospechaba Descartes –quien afirmaba que no podíamos fiarnos de ellos para conocer el mundo– no son simples captadores de la realidad: transforman los fotones en imágenes, las vibraciones, en sonido y las reacciones químicas en olores y sabores. Tampoco las percepciones que recrea el cerebro a partir de esos estímulos identifican el mundo exterior tal y como es. De hecho, aquello que nos rodea y la imagen mental que tenemos no tienen mucho que ver.
Lo que captamos de eso que llamamos realidad, que no es otra cosa que un concepto filosófico; el medio en que vivimos es pura energía y materia. Puedes leer más acerca de las 3 influencias con las que trabajamos cuando hacemos un estudio del espacio.
Hoy nuestras viviendas son, ante todo, incapaces de provocar interacciones entre el cuerpo, la mente y el entorno del hombre
Cuerpo, memoria y arquitectura. Kent C. Bloomer y Charles W. Moore
Lo que percibes mientras lees este artículo, todo tu organismo está atento y activo a los diferentes estímulos que hay en el ambiente. Para empezar, tus ojos están recogiendo la información visual y enviándola al cerebro con una señal eléctrica; tus manos sienten el tacto de algún material y temperatura como el ratón del ordenador o una taza de café, tus oídos están rastreando, quizás de forma inconsciente, el entorno en busca de variaciones, oyen a los niños de la calle, al vecino, la música o quizás el silbido de la olla alertando de que ya está el agua caliente; de la misma forma que tu nariz también está atenta a cualquier cambio. Todos tus sentidos envían información al cerebro continuamente y con ella, éste se hace un mapa de la situación.
El papel del cuerpo es el lugar de la percepción, del pensamiento y la conciencia. Mi cuerpo me recuerda quién soy y en que posición estoy en el mundo. Nuestros sentidos nos permiten ver a través de cualquier percepción, la piel por ejemplo es capaz de distinguir una serie de colores gracias a las frecuencias de onda de Luz y los fotones.
En la experiencia del Arte, como en la Arquitectura, tiene lugar un peculiar intercambio de información; yo le presto mis emociones y asociaciones al espacio y el espacio me presta su energía y emancipa mis percepciones e ideas.
El proyecto moderno ha albergado el intelecto y el ojo, pero ha dejado sin hogar al cuerpo y al resto de los sentidos, así como a nuestros recuerdos, nuestros sueños y nuestra imaginación.
Juhani Pallasmaa, Arquitecto
La inhumanidad de la Arquitectura y la ciudad contemporáneas puede entenderse como consecuencia de una negligencia del cuerpo y la mente, así como un desequilibrio de nuestro sistema sensorial. Las crecientes experiencias de alineación, distanciamiento y soledad en el mundo tecnológico actual pueden estar relacionados con cierta patología de los sentidos. Da que pensar que sean justamente los entornos más avanzados tecnológicamente, los que generan distanciamiento, aislamiento, exterioridad e indiferencia. Ya que no facilitan el arraigo humano en el mundo. Podemos contarte más cosas sobre este tema.
La vista nos separa del mundo, mientras el resto de sentidos nos une a él.
Nuestros cuerpos y movimientos están en interacción constante con el entorno; el mundo y yo se informan y se redefinen constantemente el uno al otro. El cuerpo y el mundo pasan a ser una única experiencia existencial continua; no existe el cuerpo separado de su domicilio en el espacio, ni hay espacio que no esté relacionado con la imagen inconsciente del yo perceptivo, con ello se forma un sistema.
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¿COMO PUEDES AMPLIAR EL “OIDO AL CUERPO”?
Te invitamos a que descubras tu intimidad sensorial abriendo nuevos campos de visión.
- Conectar con la Naturaleza. Mejor sin zapatos
- Trabajar tu expresión corporal. Pintar, bailar, cantar, coser…
- Practicar algún deporte
- Meditar y conectar con el silencio con la observación
- Practicar el movimiento espontáneo
- Masajes
- Crear tu espacio vital con elementos, materiales, colores y olores que te inspiren. Dejando las modas y las tendencias sólo como inspiración
Quiero saber todo lo que afecta a mi casa >